En uno de los momentos cúlmines de la ceremonia de coronación, el rey Carlos III fue ungido con el óleo sagrado. Este es un símbolo entre su poder en la tierra y la santidad de su cargo encomendado por Dios.
Pero pese a que se ha transmitido por televisión cada uno de los ritos en la abadía de Westminster, se decidió cubrir con un biombo ricamente adornado con un bordado de ángeles el instante en que la frente del nuevo monarca recibió el aceite benedecido en Jerusalén.
En esta oportunidad no se utilizaron glándulas de animales o ámbar gris de ballena para su confección, sino que se utilizó una fórmula libre de crueldad animal, la que se portó en una ampolla de vidrio con forma de águilla.
¿Por qué se ocultó la unción de Carlos III?
La ceremonia de la unción es especialmente religiosa y no se permite al público observarla. Así ha ocurrido en las anteriores coronaciones.
Como consigna El País, en las últimas dos ceremonias de investidura de nuevos monarcas, como fue en el caso de Jorge VI e Isabel II no se permitieron fotografías o la grabación de las cámaras de televisión de la época para asegurar la privacidad de este ritual en particular.