La donación de órganos y el trasplante son dos acciones que van de la mano. Los donantes existen para que se puedan llevar a cabo operaciones que permitan a una segunda persona una mejor oprtunidad de vida, una segunda oportunidad de vivir. Y estos procedimientos consiguen ser efectivos porque son desarrollados con una ética y normas sumamente claras. Vamos a revisarlas.
¿Sabías tú que un trasplante sólo puede hacerse con fines terapéuticos? Es decir, toda intervención de esta índole se realiza para mejorar un problema médico. Nadie puede solicitar ni efectuar un trasplante con un fin estético, por ejemplo.
Otro aspecto crucial es que estos procedimientos -trasplantes- sólo se pueden llevar a cabo en hospitales o clínicas que respondan a ciertos parámetros. Los centros médicos que son propicios se ganan este título gracias a una acreditación que los valida. Es decir, no todos los establecimientos médicos son aptos para realizar un trasplante.
Por otro lado, cuando existe un donante y un trasplantado, la ley establece que no pueden conocerse entre si. La información es privada, lo que facilita que ambas partes sigan sus vidas con autonomía. Solo en algunos casos, cuando ambos están de acuerdo, se han dado a conocer los nombres de quienes donan sus órganos y se han conocido entre las familias.
Por otro lado, no es aceptado que el mismo médico que declaró la muerte de un donante participe en la operación de trasplante donde estarán involucrados los órganos del fallecido.
Estos son algunos de los aspectos cruciales sobre el trasplante de órganos. Tenlos en cuenta, no olvides que muy pronto Mi Causa Mi MEGA te invitará a sumarte a una nueva y motivante causa. ¡No te puedes quedar fuera!