Nicole Pérez ha vivido complejos momentos en los últimos días luego de que su hija mayor, Isidora Carvallo, fuera internada por una grave descompensación.

La joven de 18 años, que está diagnosticada con diabetes tipo 1, sufrió una cetoacidosis que la mantuvo en una delicada situación de salud.

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Afortunadamente, Isidora fue dada de alta en las últimas horas y hace una sincera reflexión sobre los comportamientos que la llevaron a la clínica.

¿Qué es la cetoacidosis?

En conversación con LUN, Cecilia Vargas, diabetóloga de la Clínica Alemana, explicó que la cetoacidosis se da principalmente en personas con diabetes tipo 1 y "es una de las emergencias hiperglicémicas más importantes y consiste en que la persona no tiene la cantidad suficiente de insulina para inhibir la producción de cuerpos cetónicos y estos cuerpos cetónicos hacen que la sangre de la persona se ponga ácida".

Precisamente, es esa acidez la que puede provocar una serie de alteraciones como "náuseas, vómitos y confusión mental".

Además, la persona "comienza a orinar de manera abundante, a deshidratarse y a alterarse hemodinámicamente, bajando la presión arterial"

"Es bastante complejo, porque además al orinar mucho se eliminan electrolitos y pueden tener niveles de potasio muy bajo, lo que puede generar arritmias. Es una complicación aguda grave", agregó.

El mea culpa de la hija de Nicole Pérez

Nicole Pérez e Isidora conversaron con el medio antes mencionado, donde reconocieron que la joven tuvo un manejo irresponsable de su enfermedad.

"Ella se tiene que inyectar insulina todos los días, en la mañana, y cada vez que va a comer tiene que medirse la glucosa (pinchándose el dedo)", explicó Pérez.

Su hija detalló que "cuando voy a comer carbohidratos tengo que medirme. Si el azúcar está baja tengo que tomar un vaso de Coca Cola normal o unos Frugelé y si está alta tengo que corregir e inyectarme insulina".

Fue precisamente este último hábito el que dejó de lado, lo que comenzó a afectar en su salud.

"La Isi no ha tenido un buen manejo de la diabetes. Ahora último comía pero no se medía para ver cuanta insulina ponerse, calculaba al ojo. Estaba siendo irresponsable en el manejo de su diabetes. Yo no puedo estar ahí pinchándola", señaló la madre.

Por su parte, Isidora reflexionó diciendo que "la glicemia la tenía alta hace varios días, no me di cuenta y pasó esto. Soy porfiada y, más que nada, floja. Fue de floja, si estaba en el primer piso (de la casa) y el medidor estaba en el segundo piso, no me medía (la glicemia) y me inyectaba nomás, o decía 'mañana me mido', una irresponsabilidad total. No pensaba que me iba a pasar algo grave, pero ahora aprendí la lección, ahora sí que sí".

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