A sus 54 años, Jennifer Lopez vive su mejor momento. La "Diva del Bronx" luchó por el éxito que hoy posee y hace tres años revivió el romance que comenzó casi dos décadas con Ben Affleck, ahora convertido en un amor más maduro.
La grabación de la película “Gigli” los juntó en el 2002. Aunque la estrella del pop estaba casada con Cris Judd, se divorciaron en el 2003 y a los pocos meses, los nuevos tórtolos hacían público su romance, reseñó People.
En cuestión de meses, se convirtieron en la pareja del momento y los paparazzi buscaban afanosamente fotografiar a los famosos “Bennifer”. Para ambos, el acoso mediático fue el causante de su ruptura meses después de suspender su boda en el 2004.
El antes y después de Jennifer Lopez: A sus 54 años luce mejor que nunca
La revista Cosmopolitan retrata muy bien la imagen de Jennifer Lopez entre los 90 y los 2000, cuando su fama comenzó a ganar el respeto de Hollywood. La neoyorquina era arriesgada con su estilismo, pero siempre ganaba con sus apuestas en el mundo de la moda.
Ser la protagonista del film “Selena” catapultó su nombre en la pantalla grande y fue el despegue que tanto necesitaba la artista nacida en el Bronx.
Del brazo de Ben Affleck pisó varias alfombras rojas, y su imagen fue cobrando elegancia y sofisticación, el ideal de toda una celebridad. Con los años, JLo se convirtió en una referencia de la moda, logrando un estilismo que la hace única.
A la par de su vestuario, la madre de Emme y Max, cambió algunos rasgos de su cara con “retoques” estéticos que son evidentes, pero que la artista se niega a mencionar, como la rinoplastia y mentoplastia, que le otorgaron mayor armonía a su rostro.
El Ben Affleck del pasado ya no está, pero el actor recobró la vitalidad
Ben Affleck hace una década ya no lucía el físico que enamoró a muchas fans, el que lo hizo protagonista del film “Armageddon” y “Batman”.
En el 2017 y a sus 44 años, engrosaba la lista de los divorciados de Hollywood, mostrando una imagen desmejorada, en la que ganó peso, comenzó a dejarse ver una barba abundante y un rostro envejecido.
Para muchos, su reconocida adicción al alcohol cobró factura en la apariencia del actor, quien ya no ostentaba la imagen de galán de las películas que lo hicieron famoso.
Sin embargo, se sometió a una rehabilitación y tras el divorcio con Jennifer Garner, logró mejorar su estabilidad psicológica y comenzó a renovar su aspecto. Perdió varios kilos y recobró la tonificación muscular que en la actualidad presume su esposa.
Anteriormente, se practicó una cirugía para alinear su dentadura y lucir una sonrisa perfecta.