Raquel Argandoña enfrentó una difícil situación de salud debido a una obstrucción intestinal que la llevó a ser hospitalizada en la Unidad de Cuidados Intensivos de una clínica en la capital, tras regresar desde México.
Durante su estancia en el centro médico, recibió un inesperado gesto: un ramo de flores enviado por su hija, Kel Calderón, con quien lleva cuatro años sin contacto alguno.
El distanciamiento entre madre e hija ocurrió en 2020 a raíz de un problema familiar relacionado con Hernán Calderón, ex pareja de Raquel y padre de Kel, y "Nano", el hijo menor de la relación entre Calderón y Argandoña.
"El deseo de toda madre es estar cerca de sus hijos"
El ramo de flores de su hija emocionó a Raquel. "Es una alegría muy grande, cuando uno es mamá y siente esto, es como diciendo, después de esto quiere decir que puede haber un acercamiento. Al menos se preocuparon de que yo estaba enferma", confesó en un programa de Chilevisión.
Según señaló la conductora de televisión, en cuatro años su hija ni siquiera le ha enviado un WhatsApp.
Tras esto, Argandoña reveló que su más grande deseo es poder retomar el contacto con la abogada.
"Es la esperanza y el deseo de toda madre estar cerca de sus hijos, siempre. Yo creo —que es posible—, yo tengo fe. Yo me la juego y hay algo que me dice que tengo que esperar un poquito, pero se va a lograr", concluyó.
El llanto de Raquel
En el mismo programa, Argandoña recordó el problema intestinal que sufrió durante un viaje en Cancún, México, donde una clínica la expulsó por problemas con el seguro médico.
"Estando en la clínica, me contactan del seguro y me dicen que me tengo que ir al hospital, que había unas ambulancias abajo esperándome para llevarme a un hospital, porque ahí responde el seguro", manifestó.
Luego de haber sido expulsada, Raquel señaló entre lágrimas: "Yo lloré, le pedía a la persona de admisión que no me echara. La noche costaba 4 mil dólares, 'no me echen, no me echen, yo tengo el pasaje para irme a Chile'"
"El señor de admisión se pone de rodillas a mi lado y me dice que bajo mi responsabilidad me podría quedar una noche más, pero que me tenía que ir antes de las 9 de la mañana de la clínica. Tenía que convencerme al médico que me firmara el alta, porque estaba grave”, recordó.