A una hora y media de Valdivia (región de Los Ríos) se encuentra el lago Maihue. Distante, pero tranquilo, con mucha privacidad.
Pese a poder estar en un all inclusive, es esa tranquilidad la que la creadora de contenido Rosario Bravo prefiere, lo que la llevó a ella y a su esposo, Carlos Caorsi, a refugiarse en su propiedad del lago Maihue durante las vacaciones.
La cabaña 'hecha por él mismo'
Sobre el lugar, Rosario comentó que es "impagable. Estar acá es un descanso, saber que no hay bocinas. Estar acá es entrar en una onda distinta. No anda nadie".
Sin embargo, una particularidad sobre sus vacaciones que ha ido subiendo a sus redes sociales, es que es su marido quien está construyendo la casa de las vacaciones.
"Es súper rudo, no hay piezas, la casa es un ambiente común. Unas literas y unos colchones. Dormimos todos juntos", comentó al respecto.
"Nosotros disfrutamos con cosas simples, nada complicado. No necesitamos el all inclusive para tener las mejores vacaciones, con esto nos damos por pagado", agregó.
Durante una conversación con LUN, Rosario relató que el terreno lo compró Carlos hace 15 años, a raíz de que en medio de un congreso médico un doctor comentó que se había comprado un terreno en el lugar. Además, señala que siempre le gustó la zona.
"Carlos no tenía ni un peso, pero cuando volvió al hotel buscó terrenos en el lago Maihue. Vio uno y lo compró, estúpidamente. Ahí quedó la cuestión. 6 u 8 meses después fue a verlo", agregó, destacando que después de eso compró 2-3 pedazos más.
Ellos, dijo, habitan el llamado "sector virgen", destacando que: "Nosotros cruzamos en bote, no hay luz ni nada. Hay una parte cuica, con tremendas casas. Hay uno con ascensor para subir. No es nuestro caso".
"Hemos hecho hartos upgrades. Esto partió con maestros, pero ya sabemos cómo son (no terminaron el trabajo). Carlos se choreó y dijo que él lo hacía. No sabía hacerlo, pero entre TikTok y Youtube va viendo, y paciente que entra y tiene que ver con la construcción le cuenta de su casa en el Maihue, escucha y anota los materiales", relató.
Sobre las cosas que ha hecho, Rosario destacó que el baño lo hizo él. "Cuando veníamos, al principio no había. Construyó un baño, le quedó más o menos, pero lo hizo".
Así, destaca que posteriormente pusieron un calefont, filtros de agua, baterías y más paneles solares para poder generar luz. Además, cuentan con una cuatrimoto , traída en una barcaza para el traslado de materiales de construcción.
Su marido, señaló la creadora de contenido, goza con la construcción de la casa. Tanto que aprendió a soldar y está construyendo caballerizas para sus dos caballos, para que no pasen frío.
"No las ha terminado, pero ya me dice que el próximo año va a ampliar la cocina. No sé para qué, si no cocino. Está todo el año pensando qué va a hacer, cómo lo va a poner. Es su tema, vive en torno a qué hará en el Maihue", añadió, destacando que cree que 'esto no va a terminar nunca'.
Su opinión al respecto de que Carlos arme la casa es variada, ya que al principio le dio miedo, pero igualmente comenta que le gusta verlo disfrutar el proceso. "Le decía: eres médico, te cortas un dedo y todo mal, pero qué voy a venir a cambiarlo a su edad".
"Me da satisfacción verlo arriba, en el techo; haciendo cemento. Él lo goza, la pasa bien, es su forma de relajarse y yo disfruto verlo haciendo todo eso".
Hay una gran cantidad de materiales que nunca ha usado, comentó, pero también señaló que tiene una red de apoyo con respecto a la construcción.
Pese a lo rústico del lugar, y que aún no parecen haber señales de cuándo vaya a terminar su construcción, Rosario aseguró que para ellos es un paraíso. "Carlos me pidió matrimonio en esa casa, me enteré que estaba esperando a Salvatore. Me llevó de luna de miel ahí, tiene mucho valor emocional", cerró.