En el vibrante marco del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, uno de los eventos musicales más prestigiosos de América Latina, nació una historia de amor que ha perdurado a lo largo de los años.
En la edición de 1995, la icónica cantante mexicana, Yuri, conoció a quien sería el amor de su vida, Rodrigo Espinoza.
Amor y música
La compositora de éxitos como “Maldita primavera” y “Dame un beso” ya gozaba de una exitosa carrera musical, y se encontraba en Viña como una de las principales artistas invitadas.
El éxito en la Quinta Vergara era un hecho, lo que no se esperaba era también tener éxito en el corazón. Lo que ocurrió cuando conoció al vocalista de la banda chilena Aleste, que también participaba en el certamen.
A pesar de sus agendas ocupadas, ambos artistas lograron compartir algunos momentos los días siguientes, descubriendo una química especial que iba más allá de la música y apenas terminó el festival, ambos siguieron en contacto.
Dos años después
La relación enfrentó desafíos, principalmente debido a la distancia y sus respectivas carreras. Sin embargo, en 1997, Rodrigo decidió mudarse a México, un gesto de amor y compromiso que solidificó la relación y poco después, en 1998, decidieron casarse en una ceremonia privada, rodeados de amigos y familiares cercanos.
El matrimonio entre Yuri y Rodrigo ha sido un viaje de casi tres décadas. Una historia, que comenzó en el icónico festival de Viña del Mar, y que continúa inspirando a muchos, demostrando que el amor verdadero puede surgir en los lugares más inesperados.