Sergio Paz quiso averiguar si la famosa "Casa de los Espíritus" de Isabel Allende solo fue producto de su imaginación, o realmente hay residencias en Santiago en las que suceden cosas extraordinarias.
Viaje a lo Insólito recorrió varias casas que han recibido esta denominación. Entre ellas, el Palacio Echeverría, ubicado en la intersección de Fresia con Salvador, en la comuna de Providencia. Muebles que se mueven solos e incendios espontáneos son solo algunos de los mitos que se tejen entre sus paredes.
Una casona en calle Rosas y otra en Seminario con Bilbao han luchado por quedarse con el título, pero la misma autora reveló al programa que su inspiración para el libro es la construcción en la que actualmente está la embajada de Italia.
La influencia de Isabel Barros
La construcción fue usada para sesiones espiritistas por Inés Echeverría, las hermanas Morla y otras integrantes de la socialité capitalina. Entre ellas, Isabel Barros, abuela de Isabel Allende.
"No era capaz de nada práctico, con decir que las cuentas, las verduras, las trenzas de las niñas estaban a cargo de mi abuelo", reconoció la escritora nacional. Esto se sumó a una capa de misticismo que la rodeaba, como su presunta habilidad telequinética.
"Yo no me acuerdo, pero mi mamá me dice que a mí me sentaban en la "mesa de los espíritus" desde que tenía pañales porque un alma inocente hacía sentir más cómodos a los espíritus", contó la autora.
"Mi abuela vivía obsesionada con la idea de la muerte, no de una manera morbosa, sino con curiosidad por saber lo que había en esa otra dimensión en la cual ella creía absolutamente", cerró.