Llega improvisadamente como un novio fugitivo, algo que esconde como hueso santo y planea mantener en secreto hasta la tumba. Nadie sabrá que Rodrigo se escapó de un casamiento arrepentido y lo están buscando la novia, Evelyn “Eve” Pezoa, y sus tres hermanos, cosa que lo tiene paranoico y saltón.

Al llegar al pueblo, se bajó de un bus vestido de novio y se escondió en el primer lugar que encontró: la hostería de Juan. Cuando los tres hermanos Pezoa llegan a Octay buscándolo, a Rodrigo no le queda otra que contar la verdad y rogarle a Juan y Mercedes que lo ayuden.

También Rodrigo encuentra una cómplice en Milagros, quien lo ayuda a ocultarse. La atracción entre ambos es inmediata; él la hace reír y olvidar sus problemas con su familia y ella, le recuerda lo que es estar verdaderamente enamorado. Rodrigo tendrá una muy bonita relación con Mercedes, convirtiéndose en su regalón y en un compañero para Oscarito. Todos en el pueblo aprenderán a quererlo, por su encanto y chispeza, y porque rápidamente se vuelve en el alma de cualquier fiesta.