Es la más terrible de las Bravas, siempre con rifle en mano. Una mujer dura, que mira a los ojos. Intimidante y de lenguaje directo. Con comentarios mordaces a flor de piel. Estudió para ser profesora, y llegó a la zona con la idea de trabajar en un colegio rural, donde se enamoró de un gran hacendado. El hombre le ocultó que era casado y cuando ella quedó embarazada, éste le pidió que fuera su amante y le contó su historia. Hilda tomó su rifle y lo amenazó: o se iba o lo mataba. Él, por supuesto, desapareció.