En el primer capítulo de El Jardín de Olivia, Diana (Nicole Espinoza) se presentó a una entrevista de trabajo en la casa de los Walker, donde postuló para ser la terapeuta de Olivia (Violeta Silva), quien se encuentra dentro del espectro autista.
Sin embargo, Diana quiso ocultarle a su tía Gloria (Francisca Gavilán) los detalles de la entrevista de trabajo a la que asistió, omitiendo que era para los Walker.
El hecho fue revelado por el novio de Diana, Ramiro (Ricardo Vergara), generando inmediatamente la indignación y la incomodidad de Gloria, quien le dijo a Diana que una vez Ramiro se fuera, debía hablar seriamente con ella.
Las heridas del pasado que aún no han cicatrizado
En este contexto, una vez se quedan solas, ambas mujeres mantienen una tensa conversación al respecto, donde Gloria le exige a Diana saber cuáles son las intenciones que tiene con la familia Walker.
En una desgarradora revelación, Diana le cuenta a su tía que piensa en su madre todos los días, reviviendo las heridas que dejó en ella su muerte.
La madre de Diana trabajaba como auxiliar de aseo para la familia Walker y murió 10 años antes de los sucesos de la teleserie. Si bien la investigación de su muerte finalizó con la clasificación de suicidio, esto no convence a Diana, quien está segura de que la mataron.
Es por esta razón que Diana quiere acercarse a la familia Walker, ya que busca investigar la verdadera razón de la muerte de su madre y cobrar venganza contra ellos, asegurándole a su tía que llegará a la verdad del asunto.
Sin embargo, estos motivos no convencen a Gloria, quien le asegura que debe mantenerse lejos de los Walker por su propio bien.