Hace más de 10 años que se bajó de un buque mercante para no embarcarse nunca más. La responsable de esto es una chilena de la que se enamoró y con la cual tiene tres niños. El destino lo llevó a cruzarse en el camino de Pedro, con quien hoy son amigos inseparables. Negro, aunque discreto y sensato, no duda en usar la fuerza si es necesario.