En el capítulo 500 de Juego de Ilusiones, Camila (Mónica Echeverría) es testigo de Rubén (Etienne Bobenrieth) en el juicio por la tuición de Benjamín, lo cual sorprende negativamente a su familia. 

En primer lugar, la estilista descibe a Sofía (Magdalena Müller), dejándola muy mal frente a la jueza: "Es extremadamente controladora, es por eso que ella nunca ha tenido una buena relación con mi mamá. A Sofía le gusta el poder, le gusta ganar, manipular y cuando no gana, ella reacciona de la peor forma, de una forma que puede llegar a ser sinistra". 

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Posteriormente, el abogado le pide a la peluquera que hable de su familia y ella revela todo: "Mi abuelo era un mafioso que mandó a asesinar a mi abuela, que también era criminal".

 

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Camila deja en evidencia a toda su familia

El descargo de Camila no cesa, pues también apunta contra Julián (Julio Milostich): "Mi papá era la mano derecha de mi abuelo en sus negocios turbios y se casó con mi mamá a cambio de poder y de dinero".

"Cuando mi mamá se enteró de esto y de su infidelidad, se volvió absolutamente loca, tanto así que secuestró a mi papá dentro de nuestra propia casa, dentro de un búnker que mi abuelo construyó", agregó sobre Mariana (Carolina Arregui).

La estilista sigue con su declaración y lanza palabras muy duras contra su madre y cuestiona su libertad, evidenciándola: "Hay otra cosa que yo no logro entender y es cómo mi mamá salió libre de la cárcel después de haber asesinado a alguien con sus propias manos". 

Luego de confesar que Javiera (Fernanda Finsterbusch) tenía varios problemas, los cuales ya fueron solucionados, Camila expresa firmemente que su familia no debería estar cerca de Benjamín.

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