Lamberto Montero es un hombre sencillo, de gustos simples, muy amigo del campo, los animales y la naturaleza. Conservador, chapado a la antigua, pero con un corazón de oro, está casado con una mujer a la que adora: Ángela Bulnes, la mujer más hermosa del pueblo. Con ella tiene dos hijos. Villa Ruiseñor y Augusta, su regalona.
Con Armando Quiroga tiene una estrecha relación de amistad. Ante algunos recientes reveses económicos él lo ha ayudado. Y tanto Lamberto como Armando comparten el interés por el bien común, aunque sea aprovechándose de los intereses de los pueblerinos.