Durante la comida, el patriarca recibió el llamado de Kazim (Diren Polatogullari). El padre de las Sanli señaló al otro lado de la línea que Seyrán no pudo volver porque estaba enferma, pero no pudo engañar a Halis.
"Dile a tu hija que entre en razón. Esta es mi última advertencia para ustedes. Dile que en esta casa nadie llorará por ella y si alguien se atreve a llorar, le sacaré los ojos con mis propias manos", señaló el anciano antes de cortar.
Precisamente al ver las lágrimas de su nieto, lo obligó a secarlas porque no volverá a llorar por una mujer nunca más.
"Dile a tu hija que entre en razón. Esta es mi última advertencia para ustedes. Dile que en esta casa nadie llorará por ella y si alguien se atreve a llorar, le sacaré los ojos con mis propias manos", señaló el anciano antes de cortar.
Precisamente al ver las lágrimas de su nieto, lo obligó a secarlas porque no volverá a llorar por una mujer nunca más.