En el nuevo capítulo de la tercera temporada de Seyrán y Ferit, Ferit (Mert Ramazan Demir) fue a visitar a Seyrán (Afra Saracoglu) diariamente durante su hospitalización, pero por más que esperaba, ella nunca le permitía pasar a verla.
Se sucedieron el otoño, invierno y primavera y siempre aparecía Suna (Beril Pozam) para pedirle paciencia. En algún momento su hermana tendría el valor de mirarlo a los ojos.
Fue un día de primavera cuando el heredero de los Korhan vio a su esposa al lado de Sinan (Cem Söküt). Tal como ella, Sinan era un paciente y parecían compartir muchas cosas en común de las que él estaba excluído.
Suna entonces le dio un consejo: dejarla partir. "Te irás y no volverás hasta que Seyrán decida buscarte voluntariamente. Tendrás que seguir adelante", sugirió.
Pero todo fue un montaje. Seyrán quería que la viera feliz con Sinan para que su marido la abandonara definitivamente. Una vez Korhan se marchó, la joven se dio permiso para llorar en los brazos de Suna. "Lo amo tanto que no quiero que vea que me estoy muriendo".
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