Afra Saracoglu (26) ahora es una estrella de la televisión turca, pero durante sus primeros años debió hacer grandes sacrificios con su familia para conseguir su sueño de ser actriz.
Los padres de la protagonista de Seyrán y Ferit se separaron cuando ella todavía era pequeña, por lo que su vida se desarrolló al lado de su mamá, Lütfiye Saracoglu, y su abuelo en la provincia de Balikesir, lejos de la capital.
Más tarde, se mudaron a Antalya para que ella prosiguiera sus estudios, donde poco a poco manifestó sus deseos de actuar. Sin embargo, su madre no tenía ninguna relación con el medio artístico (es corredora de propiedades) y se encontraban lejos de Estambul, donde se concentran las productoras de cine y televisión en Turquía.
Comprometida con la pasión de Afra, Lütfiye buscó castings en los que la adolescente pudiera participar. Así llegó su debut con un pequeño rol en la película de comedia Lo Mejor de Todos los Tiempos (En Güzeli) de 2015.
Un año más tarde, el director Özcan Deniz la invitó a hacer una prueba para el papel de Çiçek en la película Segunda Oportunidad (Ikinci Sans), donde finalmente triunfó entre las candidatas.
Saracoglu entró a la facultad de letras de la Universidad Eskisehir Osmangazi, que debió congelar por problemas económicos. Pero desde ese primer personaje en 2015 nunca ha tenido un año sin proyectos en la pantalla grande o chica y más tarde pudo terminar su carrera.
En 2022 fue su gran oportunidad con Seyrán y Ferit, que la ha convertido en uno de los rostros más cotizados por la publicidad, las revistas de moda y la televisión.