Dentro de las cosas más complejas para Camila Hirane en Verdades Ocultas fue armar a Rocío Verdugo, la hija de Mario y Laura que en un principio se enfocaba netamente en ser la presidenta de la junta de vigilancia del pasaje Nueva Esperanza. Donde, vivía por sus vecinos y por mantenerlos contentos, conseguirles los remedios más baratos e incluso pedirles horas al médico cuando lo necesitaban.
Armar este personaje no fue fácil para Camila, ya que, no había tenido acercamientos previos con la vida de barrio y en comunidad como lo era la vida de Rocío, por lo que decidió irse a vivir con una amiga, que tenía una vida muy parecida a la que sería la de la abogada.
La actriz se concentró en hacer este personaje como la mujer encantadora que se propuso cuando se le entregó este papel por primera vez, manteniendo la escencia de una mujer empoderada que no solo era bondadosa con su comunidad sino también tremendamente astuta e inteligente.
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