En Yargi, el fiscal Ilgaz Kaya (Kaan Urgancioglu) fue la víctima de un maquiavélico plan, que primero buscó su ruina profesional y más tarde, su trágica muerte. El único motivo para ganar tan formidables enemigos fue su intachable trabajo, que dejó más de un daminificado en el camino.
Todo comenzó varios capítulos atrás, mientras Ilgaz daba caza a Burak Yildirim, también conocido como "el asesino del pozo". El criminal era un joven periodista de crónica roja que aprovechaba su cercanía a la policía para evadir su detención y era nieto del poderoso empresario Haluk Yildirim.
El fiscal Kaya intentó detener la fuga del homicida con un disparo en su pierna, pero olvidó que Burak padecía hemofilia: la hemorragia nunca se detuvo y murió poco tiempo después. Haluk, quien siempre creyó en la inocencia de su nieto, desde ese día juró vengarse de Ilgaz.
Ilgaz es acusado injustamente
Un traficante de antigüedades fue relacionado con el hermano de Cinar (Arda Anarat), quien supuestamente sería su cómplice. Registros bancarios mostraban el pago de una fuerte suma de dinero para el fiscal, con tal de que quitara la vigilancia policial de una bodega donde se guardaban las piezas a vender en el mercado negro.
Todo esto fue meticulosamente planeado por Haluk gracias a la ayuda de dos cómplices: Omer (Dogac Yildiz), su abogado y Turgut Ali (Yuradaer Okur), un fiscal dispuesto a corromperse con tal de salvar la vida de su hja enferma.
Con la evidencia en su contra, Ilgaz fue detenido y estuvo a punto de ir a la cárcel permanentemente, pero gracias a la ayuda de Ceylin (Pinar Deniz), Eren (Ugur Aslan) y Metin (Hüseyin Avni Danyal) logró probar que era un hombre inocente.
Un cruel atentado
Ya que este primer intento de acabar con Ilgaz no funcionó, solo quedaba la alternativa de eliminarlo. Quien debió cargar con este crimen fue Turgut Ali, ya que era la única manera de conseguir el tratamiento médico que prometió Haluk y las sospechas del fiscal Kaya en su contra solo aceleraron esta situación.
Una vez fue descubierto como el cómplice de Haluk, Turgut Ali guió a su subordinado a las afueras de un cementerio de Estambul y percutó dos disparos en su contra. Omer lo ayudó a ocultar el cuerpo y gracias a su poder en la fiscalía, manipuló las evidencias del crimen para culpar a Ceylin (Pinar Deniz) de este asesinato.