La tercera temporada de Yargi comenzó con un salto temporal de cinco años, en el que los protagonistas Ceylin (Pinar Deniz) e Ilgaz (Kaan Urgancioglu) decidieron poner fin a su matrimonio, pese a que seguían enamorados.
La principal razón de este quiebre fue la desaparición de Mercan (Eylül Ugur). Como familia salieron a dar un paseo por la playa; dada la ausencia del fiscal y un descuido de la abogada, se perdió el rastro de la niña de dos años.
Su sombrero apareció en el mar y todos asumieron que la pequeña se ahogó entre las olas, a excepción de Ceylin, convencida de que su hija fue secuestrada. La resignación de su marido, además de las culpas propias y ajenas por esta desgracia terminaron por romper la relación, incluso cuando intentaron tomar una terapia para arreglar las cosas.
Pero en ese año y medio de divorcio los dos dejaron entrever que aún se querían. Ilgaz prefirió seguir soltero, ignorando los coqueteos de Nil (Müge Bayramoglu), mientras que su ex intentaba cerrar su corazón sin poder reprimir los celos cuando lo veía cerca de otra mujer.
El rescate de Mercan solucionó todo
Ceylin prometió que los dos volverían a estar juntos una vez se reencontran con Mercan y tal como dijo, se cumplió.
La presencia de la niña limó todas las asperezas y recriminaciones pasadas, uniéndolos en la lucha de que los reconozca como sus verdaderos padres.