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Quién fuiste en una vida pasada según tu signo ascendente

  • Por Angela Barraza
Quién fuiste en una vida pasada según tu signo ascendente

El universo nos susurra historias ocultas, cicatrices de existencias anteriores que se esconden en los pliegues de nuestra carta astral. Cada uno de nosotros carga una maleta invisible llena de experiencias, aprendizajes y deudas de vidas que ya no recuerdan nuestros ojos, pero que late en el fondo de nuestra alma.

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La astrología nos ofrece una llave para abrir ese equipaje olvidado. No se trata de magia, sino de entender los patrones que nos empujan, las sombras que nos persiguen y los caminos que estamos destinados a recorrer. Tu signo ascendente es como un mapa secreto que revela quién fuiste antes de ser quien eres ahora.

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¿Estás listo para desentrañar los misterios de tu pasado? Aquí te cuento lo que cada signo esconde.

Aries: 

Tu vida pasada bajo Piscis fue un laberinto de niebla emocional y escapismo. Imagina una existencia donde los límites te asfixiaban como una habitación sin ventanas, donde cada responsabilidad se sentía como una cadena pesada arrastrándote hacia el fondo. Probablemente buscaste refugio en ilusiones, tal vez through alcohol o drogas, intentando borrar la realidad que te resultaba insoportable.

Ahora, como Aries, vienes con la misión de romper esas cadenas. Tu ascendente grita libertad, desafío, acción. No más esconderte detrás de fantasmas o medias verdades. Cada oportunidad es una puerta para demostrar que puedes enfrentar la realidad de frente, sin miedo. Tu karma te empuja a tomar el control de tus emociones, a ser el capitán de tu propio barco en aguas antes turbulentas.

Tauro:

La vida pasada en Aries fue como un incendio constante. Ardías con una intensidad que consumía todo a tu alrededor: proyectos, relaciones, sueños. Era una existencia de impulsos, de decisiones tomadas en caliente, donde la reflexión brillaba por su ausencia. Cada movimiento era una chispa potencial para una nueva explosión de pasión o conflicto.

Hoy, tu Tauro ascendente ha domesticado ese fuego. Lo has convertido en una llama controlada, en energía creativa que alimenta tu búsqueda de estabilidad y comodidad. Ya no necesitas quemar el mundo para sentirte vivo. Ahora, construyes, plantas, creates con la paciencia de quien ha aprendido que la verdadera revolución está en la persistencia, no en la explosión momentánea.

Géminis:

Tu pasado en Tauro fue una fortaleza de autocomplacencia. Te refugiabas en tu mundo, construyendo murallas de comodidad y resistencia al cambio. Cada novedad era vista como una amenaza, cada invitación a salir de tu zona de confort era rechazada con una terquedad que rozaba lo místico. La conexión emocional era algo que mirabas desde lejos, como si fuera un paisaje prohibido.

Ahora, como Géminis, tu misión es desmantelar esas murallas. Tu ascendente te impulsa a la comunicación, a la curiosidad infinita. Cada conversación es una oportunidad para romper tu coraza anterior. Aprendes que conectar no es debilidad, sino la más profunda forma de inteligencia. Exploras ideas, personas, emociones con la ligereza de quien ha dejado atrás el miedo al contacto.

Cáncer:

En tu vida pasada bajo Géminis, el miedo era tu compañero constante. La realidad se distorsionaba a través de un prisma de ansiedad, donde cada pensamiento podía convertirse en una narrativa de pánico. Vivías en una constante interpretación de señales, una existencia mental donde la información era más un laberinto que un camino.

Tu Cáncer ascendente viene a anclar esa energía dispersa. Ahora, las responsabilidades familiares no son una carga, sino un territorio de sanación. Reconoces que la libertad interior no significa huir, sino estar presente. Tus emociones, antes un mar tempestuoso, se han convertido en un espacio de reflexión y cuidado.

Leo:

Tu vida pasada en Cáncer fue un territorio de sombras emocionales y vulnerabilidad extrema. Te movías como un cangrejo, protegiendo tu mundo interior con una coraza impenetrable. Cada vínculo afectivo era un riesgo potencial de abandono, cada conexión una posibilidad de dolor. Vivías en un estado de alerta constante, midiendo cada palabra, cada gesto, para no ser herido nuevamente.

Ahora, como Leo, tu misión es transformar ese miedo en amor propio magnificente. Tu ascendente te impulsa a brillar, pero no desde el vacío del narcisismo, sino desde la autenticidad. Comprendes que amarte no significa olvidar tu pasado, sino integrarlo. Buscas ser el protagonista de tu propia historia, sin depender de la validación externa, pero sin cerrarte al amor verdadero.

Virgo:

En tu vida pasada como Leo, ocupabas el centro del escenario. Todo giraba a tu alrededor, con una intensidad que consumía todo a tu paso. Eras el rey o la reina de tu propio reino, donde la atención era tu moneda de cambio y el reconocimiento tu oxígeno. Sin embargo, esta existencia venía con un costo: la soledad interior y la sensación de que nadie realmente te comprendía más allá del brillo superficial.

Tu Virgo ascendente viene a desmantelar ese ego y transformarlo en servicio consciente. Ya no buscas ser el centro, sino ser útil. Sin embargo, has aprendido la lección crucial: servir no significa anularse. Cada acción de cuidado hacia otros es un acto de sanación de tu karma pasado, pero manteniendo límites claros. Reconoces a quienes se sacrificaron por ti, y retribuyes sin perder tu esencia.

 

Quién fuiste en una vida pasada según tu signo ascendente
Quién fuiste en una vida pasada según tu signo ascendente

 

Libra:

Tu vida anterior en Virgo fue una existencia de precisión quirúrgica y perfeccionismo extremo. Cada decisión era analizada hasta el agotamiento, cada detalle medido con una regla invisible. Vivías en un mundo de correcciones constantes, donde la más mínima imperfección se sentía como un fracaso personal. Tus días transcurrían entre la crítica hacia ti mismo y hacia los demás, en un ciclo interminable de ajustes y descontento.

Como Libra ascendente, tu misión actual es encontrar la armonía que antes te era esquiva. Ya no se trata de ser perfecto, sino de ser equilibrado. Aprendes a navegar entre el dar y el recibir, sin perder tu centro. Cada conflicto es una oportunidad para practicar la mediación, cada relación un espacio para cultivar la diplomacia que llevas dentro.

Escorpio:

Tu vida pasada en Libra fue un ejercicio constante de adaptación y complacencia. Vivías ajustándote a lo que otros esperaban, borrando tus bordes para encajar en espacios que no te pertenecían. Cada decisión era un cálculo de lo socialmente aceptable, cada expresión personal contenida para no romper la armonía superficial. Era como vivir en un traje demasiado estrecho, conteniendo una tormenta interior.

Ahora, como Escorpio, vienes a explotar esas limitaciones. Tu ascendente te impulsa a la profundidad, a los misterios que otros evitan. No te conformas con la superficie, quieres conocer los territorios oscuros del alma. Sin embargo, has aprendido la lección karmica: la intensidad no significa destrucción, sino transformación. Buscas ayudar a otros a atravesar sus propias sombras, sin perder tu propio equilibrio.

Sagitario: 

Tu vida pasada en Escorpio fue un viaje a las profundidades más oscuras de la existencia. Navegabas por territorios emocionales intensos, donde cada experiencia era una inmersión total en los misterios del alma. Vivías como un detective de lo invisible, explorando los rincones más secretos del ser humano. Cada relación era un pacto de transformación, cada encuentro una oportunidad para descubrir verdades ocultas que otros preferían ignorar.

Como Sagitario ascendente, has convertido esa intensidad en sabiduría expansiva. Ya no te hundes en los abismos, sino que los transformas en filosofía. Tu misión es elevar esos aprendizajes, convertir el dolor en conocimiento, la sombra en luz. Quieres experimentarlo todo: ver, tocar, sentir, comprender. Cada horizonte es una invitación, cada cultura un mundo por descubrir. Has pasado de ser un buceador de profundidades a un explorador de posibilidades.

Capricornio: 

En tu vida pasada como Sagitario, la libertad era tu único dios. Vivías como un nómada del espíritu, ignorando responsabilidades, esquivando compromisos con la agilidad de un jinete salvaje. El mundo era tu playground, cada norma una sugerencia, cada límite un desafío a ser transgredido. Experimentabas la vida como una aventura continua, sin anclas, sin ataduras, casi como si la seriedad fuera un pecado capital.

Tu Capricornio ascendente viene a poner orden en ese caos creativo. No se trata de eliminar la aventura, sino de darle estructura. Aprendes que la libertad verdadera no está en la ausencia de límites, sino en elegir conscientemente dónde ponerlos. Transformas tu karma de irresponsabilidad en un arte de gestión personal. Cada compromiso es ahora una elección, no una restricción. Construyes tu mundo con la paciencia de quien sabe que los sueños necesitan cimientos sólidos.

Acuario: 

Tu vida anterior en Capricornio fue un territorio de restricciones rígidas. Vivías bajo un sistema de reglas autoimpuestas o heredadas, donde la tradición era una cárcel invisible. Cada movimiento estaba calculado, cada decisión medida por su potencial de estabilidad. El miedo al cambio era tu compañero constante, la seguridad tu único horizonte. Construiste murallas tan altas que impedían no solo la entrada de amenazas, sino también de posibilidades.

Como Acuario ascendente, vienes a dinamitar esas murallas. Tu individualidad es un terremoto de libertad. No solo rompes reglas, sino que creas nuevas formas de existir. Cada pensamiento es una revolución, cada acción un desafío al status quo. Has pasado de ser un guardián de la estructura a un arquitecto de nuevas realidades. Tu misión es demostrar que la verdadera seguridad no está en la rigidez, sino en la capacidad de adaptación y creatividad.

Piscis: 

Tu vida pasada en Acuario fue un viaje de ruptura constante. Vivías como un rebelde cósmico, desafiando cada convención, cuestionando cada estructura social. Tu mente era un laboratorio de ideas disruptivas, tu espíritu un huracán de innovación. Pero esta constante necesidad de diferenciarte también generaba una soledad profunda. Eras el extraño, el que miraba desde fuera, el que nunca terminaba de encajar.

Como Piscis ascendente, has llegado al punto de cierre de un ciclo kármico. Ya no se trata de luchar contra el mundo, sino de comprender su complejidad. Tu misión es espiritual: resolver los hilos sueltos de tu karma, conectar con una comprensión más profunda de la existencia. No buscas ser diferente, sino ser íntegro. Cada experiencia pasada se integra como un aprendizaje, cada herida se transforma en sabiduría. Estás preparándote para un nuevo comienzo que va más allá de las etiquetas y las definiciones limitantes.

¿Cómo encuentro mi signo ascendente? 

Necesitas tu carta natal, que requiere fecha, hora y lugar exacto de nacimiento. Una vez que tengas esos datos, busca “Carta natal online” en cualquier buscador y encontrarás muchas páginas que ofrecen el servicio gratuito. La interpretación, eso sí, debería hacerla una astróloga porque estas herramientas sólo te entregan las posiciones.

¿El karma se puede cambiar? 

Imagina el karma como un río de experiencias que has recorrido durante generaciones. No es una sentencia definitiva, sino un mapa de posibilidades que puedes rediseñar. Transformar tu karma no es un acto de magia, sino un proceso consciente de autoconocimiento y decisiones deliberadas.

El karma no es una maldición. Es una invitación a crecer, a expandirte, a ser más tú mismo/a. Cada patrón que transformas es un paso hacia tu libertad más profunda.

No eres víctima de tu historia. Eres el o la autora de tu próximo capítulo.

¿Todos tenemos vidas pasadas? 

Según la astrología, sí. Cada alma se encuentra transitando un viaje de aprendizaje que nos lleva hacia la iluminación.

¿Puedo ver mis vidas pasadas? 

Algunas personas usan hipnósis de regresión o meditación profunda para lograr conectarse con recuerdos anteriores a los de esta vida.

¿Es muy complicado entender todo esto? 

Con curiosidad, práctica y constancia, cualquiera puede comprender su camino.

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