Comienza la paz: Signos fijos que vivirán su mejor segunda mitad del 2025
Durante los últimos siete años, hubo signos del zodiaco que parecían vivir en una montaña rusa sin freno. Entre sacudidas emocionales, decisiones apresuradas y una constante sensación de inestabilidad, muchos pensaron que ya nada volvería a ser como antes. Pero eso está a punto de cambiar. Desde julio de 2025, se abre un nuevo ciclo en la astrología: Urano se despide de su largo tránsito por signos fijos y con él se va una era caótica.
Este tránsito planetario —que comenzó en 2018— puso a prueba a Tauro, Escorpio, Acuario y Leo. Los enfrentó a cambios inesperados, situaciones límite, aprendizajes forzados y revoluciones personales. Urano, planeta rebelde y transformador, exigió a estos signos soltar la necesidad de control y aprender a fluir en medio de lo inesperado. No fue fácil. Hubo dolor, rupturas, reestructuraciones. Pero también hubo evolución.
Ahora, con la salida definitiva de Urano de esta modalidad en julio de 2025, comienza una etapa completamente distinta: más estable, más predecible y, sobre todo, más pacífica. Ya no se trata de resistir. Se trata de construir desde lo aprendido. Estos cuatro signos sentirán que, por fin, su vida empieza a encajar.
Tauro
Tauro ha sido el epicentro de este terremoto cósmico desde 2018, cuando Urano entró directamente en su signo. Como buen signo de Tierra, amante de la rutina, el orden y la seguridad, vivir en la incertidumbre le fue absolutamente incómodo. Cambios financieros, mudanzas, quiebres afectivos y decisiones inesperadas fueron pan de cada día. Pero ahora, todo eso empieza a cambiar.
Con la salida de Urano en julio, volverá una calma largamente esperada. Esto no significa retroceder ni volver a la antigua versión de sí mismo, sino integrar todo lo aprendido y volver a habitar el propio cuerpo sin sobresaltos. Su nueva estructura interna le permitirá manejar sus emociones de manera más equilibrada y recuperar su sensación de control. Tauro volverá a sentirse en casa, incluso dentro de sí.
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Escorpio
Escorpio también fue profundamente transformado por este tránsito, en especial en su manera de vincularse. Su vida amorosa se vio sacudida desde lo más profundo. Muchas relaciones se quebraron, otras se transformaron para siempre. Se enfrentó al aburrimiento, la desilusión, la distancia emocional. Pero también aprendió a dejar de controlar.
En esta nueva etapa, Escorpio podrá cultivar relaciones más estables y duraderas, basadas en la confianza real y no en el control. Ya no buscará “probar” a la otra persona para saber si es digna de su amor. Simplemente se entregará desde una nueva madurez emocional. A medida que Urano se aleja, también lo hacen los temores que antes lo paralizaban. Escorpio se abre ahora al amor tranquilo, a la intimidad sin guerra.
Acuario
Acuario ha vivido tormentas familiares, discusiones intensas, crisis de convivencia y una sensación persistente de que su espacio seguro ya no era tan seguro. Pero bajo esa confusión, también ha aprendido a reconocer cuáles batallas sí valen la pena, y a poner límites sin culpa. Urano, su regente moderno, le enseñó a encontrar libertad incluso en medio del caos.
En esta nueva fase, Acuario podrá reconstruir vínculos familiares y encontrar nuevas formas de habitar el hogar. Su sensibilidad social seguirá intacta, pero ahora tendrá una base emocional más sólida para actuar. Ya no huye: ahora elige. Desde la segunda mitad de 2025, Acuario podrá hacer las paces con su historia, aceptar el presente y proyectarse al futuro con menos ansiedad y más raíz.
Leo
Leo fue otro signo fijo desafiado por el tránsito de Urano, especialmente en el área profesional. Hubo imprevistos laborales, cambios forzados, proyectos que se deshicieron de un día para otro. La identidad de Leo se construye mucho en base al reconocimiento y los logros, por lo que este periodo de desestructuración fue incómodo y doloroso. Sin embargo, ahora está mejor preparado que nunca para brillar.
La calma que llega no es solo laboral. Es interna. Leo ha aprendido a redefinir qué significa “éxito” y ya no depende tanto de la validación externa. A partir de julio, podrá disfrutar de una nueva etapa profesional más estable, donde sus talentos serán valorados sin necesidad de impresionar constantemente. Su luz ya no compite: ilumina.
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