Tránsito Cafuleo

Llegó a la vida de Hilda con apenas 18 años. Oriunda de Rupanco, siempre le gustó la vida en el campo, y a diferencia de sus hermanas, que se fueron a trabajar a ciudades más grandes, ella no quiso alejarse de él. Experta en hierbas y remedios naturales, tiene su propio huertito en la casa, y le gusta jardinear. Siempre se preocupa de que la casa esté llena de flores, porque alegran el alma y el corazón.

Con los años, Hilda se ha vuelto en algo más que su patrona: después de todo lo que han vivido juntas, son cómplices y se apoyan mutuamente. Tránsito es la única que le puede decir algo a la matriarca de la casa, y siempre mete la cuchara en cualquier tema, sea para dar un consejo, una opinión que nadie le ha pedido, o simplemente a defender “a sus niñitas” a quienes adora.

Tiene claro que está en los descuentos de la vida y se ha preparado para su muerte siendo práctica, compró el ataúd y lo tiene guardado en la casa de sus padres en Rupanco. Se indignará cuando descubra que sus papás le “prestaron” el ataúd a un amigo… y la familia no lo quiere devolver.