En este nuevo capítulo de Demente, Teresa decide ir en mitad de la noche a ver a Álvaro, pero no precisamente porque tiene ganas, sino porque está decidida a hacerlo hablar y lo amenaza con una pistola para que le diga dónde tiene a Mateo. No solo eso, sino que lo trata como un patético de mierda y un enfermo, mientras que este saca a relucir toda la obsesión que siente por ella.

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En la oportunidad, Teresa se pone aún más agresiva y le exige que le diga dónde tiene a su hijo mientras apunta a Álvaro directamente a la cabeza. Así, cuando ella está a punto de cometer una locura, llega el subcomisario Leiva a salvar la situación. 

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