Ahora volvió por la muerte de Irene: Esta es la historia de Susana Mardones en Juego de Ilusiones
La terrible muerte de Irene (Loreto Valenzuela) en manos de Patricia (Ximena Rivas) marcó los últimos capítulos de Juego de Ilusiones.
Joaquín (Nicolás Rojas) y Mariana (Carolina Arregui) fueron los que más sufrieron con el inesperado deceso y actualmente, están intentando sobrellevar uno de los dolores más grandes de su vida.
Pero un personaje que muchos extrañaron en este contexto fue Susana (Nathalia Aragonese), quien también era la mano derecha de Irene.
Sin embargo, la mujer volvió al velorio de su madre, dejando a todos impactados. La razón del asombro se debe a que se había marchado hace varios meses y acá te contamos su historia.
¿Cómo llegó Susana a la historia?
Cuando Irene se enteró que Julián (Julio Milostich) estaba secuestrado, le ordenó a Susana, a Joaquín y a Guillermo enamorar a cada integrante de la familia de los Mardones. La joven tuvo la labor de coquetearle a Rubén (Etienne Bobenrieth) y él terminó siéndole infiel a Sofía (Magdalena Müller) con ella.
¿A qué se dedicaba Susana?
En medio del alboroto por la búsqueda de Julián, Susana siguió con el trabajo que tenía en Antofagasta, era influencer y tenía una página de contenido exclusivo. Cuando Irene obuvo la joyería, dejó las redes sociales y se dedicó a atender la tienda para ayudarla.
Se enamoró de Emmanuel
En medio de todos los problemas, Emmanuel comenzó a fijarse en Susana y ella empezó a tener sentimientos por él. De hecho, fue quien más apoyó al joven cuando murió Mario (Patricio Achurra). Tras esto, ambos comenzaron una relación amorosa que perduró en el tiempo.
¿Cómo se fue a Italia?
En medio del funeral de Mario, Rodolfo (Mauricio Pesutic) apareció y reconoció de inmediato a Susana. En el pasado, ella fue vientre de alquiler del diseñador junto a su marido. Sin embargo, ella se arrepintió y se quedó con el bebé, sin saber que se iban a encontrar luego de 20 años.
A Susana no le quedó más remedio que revelar lo que había hecho y Rodolfo la perdonó, a cambio de poder hacerse cargo de la crianza de Joaquín. No todo quedó allí, pues el cariño seguía intacto y le ofreció a ella y a Emmanuel hacerse cargo de sus negocios en Italia.